Qué ver en el Museo
Un Museo con historia
El Museo de Arte Sacro fue fundado en 1961.
Su objetivo era –y sigue siendo– conservar, restaurar, estudiar y divulgar el patrimonio religioso de la Diócesis de Bilbao.
Posee una exposición permanente de más de 500 piezas, aunque cuenta con un extenso y creciente “fondo de armario” con obras de arte procedentes de los templos de Bizkaia y donaciones privadas.
Además desde el Museo se cuida de todas las obras de arte dispersas por la geografía vizcaína. Las restauraciones, cambios de ubicación de piezas, transformaciones de espacios… se gestionan desde el Museo. Un instrumento para la conservación de nuestra herencia cultural.
El edificio
El Museo está ubicado en el convento de La Encarnación. Fundado en 1514 por las monjas dominicas, fue el primer convento femenino de Bilbao.
Su austera fachada no permite adivinar el relajante claustro interior desde el que se accede a las salas de exposición.
Forma parte del conjunto conventual junto a la iglesia contigua, y sus instalaciones han conocido diversos usos (centro docente, cuartel, hospital…), hasta su conversión en 1995 en Museo de Arte Sacro de Bilbao.
La colección
Un recorrido por el arte vizcaíno a través de más de 500 piezas: escultura, pintura, orfebrería, vestiduras… Desde el románico hasta nuestros días.
Obras de arte que fueron realizadas en Bizkaia, o fuera de ella pero destinadas a sus templos.
Es la más importante colección de arte específicamente vizcaíno.
Por otro lado, se trata de obras realizadas expresamente con el fin de servir a la liturgia cristiana. Es decir, son la más importante manifestación de la fe de las/os vizcaínas/os a lo largo de ocho siglos.
Y esto nos permiten acercarnos a la mentalidad de otros tiempos. A través de la evolución de las formas y los gustos, de la mayor o menor presencia de unas u otras tipologías y de unas u otras iconografías… podemos también seguir el pulso de la gente.
Puedes ver nuestra colección aquí:
Puedes descargar nuestro catálogo en PDF:
Catálogo de la colección
(Descarga PDF 4Mb)
Mi obra favorita
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Sala Andra Mari
En una sola habitación puedo ver la transformación de la Virgen hierática, ausente, frontal, que sólo sirve de trono a su Hijo, en una verdadera madre que juguetea con el niño Jesús. Del frío románico al cálido gótico. Da que pensar.
Tímpano de Santurtzi
La verdad es que es muy modesto y tosco pero tiene un encanto naif que lo hace tierno. Me encanta el trono.
Tablas catalanas
Por un momento he creído estar en un museo de mi Cataluña ante unas tablas de Bernat Martorell. Cómo le gustaban las escenas con mucha gente abrigarrada y en movimiento. Y creando volumen con esos oros y platas en relieve. Unas joyitas.
La Anunciación de Urrutia
Siempre había visto esta escena como algo muy solemne. Pero aquí es algo cercano, humano. Y además precioso.
La Anunciación de Urrutia
La anunciación ambientada en un paisaje vasco, con una Virgen que parece que acaba de salir del caserío. Una delicia de composición y de color. Y como remate una oración en euskera en 1931. Sorprendente.
La Anunciación de Urrutia
Me cuentan que la oración en euskera fue tapada tras la guerra civil, por miedo a la represión franquista, y que hace algunos años los restauradores pudieron recuperarla. Memoria histórica.
Cristo de Larrea
Me recuerda a los cristos románicos, pero reducido a la esencia. Yo creía que no había arte religioso contemporáneo, pero ya veo que estaba equivocado.